El intento de Universal de resucitar el clásico del hombre lobo para el siglo XXI es como poco decepcionante, por no decir un fracaso. “The Wolfman” no se sostiene ni por su intriga, ni por su terror, ni por sus emociones; vamos, un “rollo patatero”. Claro que cuando la criatura nació mal parida poco se le puede pedir, incluso aunque a uno le hipnotice el contundente cartel con Anthony Hopkins, Benicio del Toro, Emily Blunt y Hugo Weaving, quienes seguramente estarán deseando pasar página después de esta experiencia.
Desde fuera es difícil de explicar que la película haya quedado tan matrecha a pesar de contar con el guión de David Self (Road to Perdition) y Andrew Kevin Walker (Se7en). Tampoco se le puede echar toda la culpa al director, Joe Johnston, que pese a no ser Coppola, Spielberg o Scorsese y dejarnos títulos como “Jumanji”, sí ha demostrado que sabe manejarse en terrenos fantásticos y crear tensión y acción trepidante. Johnston de hecho se unió al proyecto a última hora en sustitución de Mark Romanek.
Sea como fuere, “The Wolfman” sufrió diversos retoques, recortes en la historia, reediciones y retrasos en su puesta de largo, tanto es así que algunos críticos de EE.UU. han preferido no entrar a valorar en detalle las actuaciones de los protagonistas porque dejan mucho que desear para tanto nombre. Seguramente las emociones de los personajes se perdieron con el corta-pega.
A estas alturas nadie da un duro por “The Wolfman”, que una vez que arrastre a los cines a los incondicionales del género, se disolverá en la taquilla como un azucarillo en taza de café. Quizá en el DVD tenga más suerte.
La película adolece de conexión emocional. Todos los personajes viven de alguna manera atormentados, aunque uno no llega a sentir pena por ellos. La trama avanza entre penumbras, planos de la luna llena y silencios que tratan de dar forma a un misterio que requiere de poca concentración. Las cosas se ven venir. Los diálogos cargados de topicazos parecen sacados de una película de serie “B”. Únicamente las transformaciones licántropas tienen su aquel, pero vista una, vistas todas. Unos cuantos sustos y una especie de niño “gollum” completan este producto poco recomendable.
Puestos a comparar, “The Wolfman” carece del encanto de los hombres lobos clásicos, tampoco engancha como lo hiciera el “Teen Wolf” de Michael J. Fox, ni tiene el poder de seducción de la versión de Jack Nicholson “Wolf”. Como película de acción queda lejos del resultado de la saga “Underworld”. Los que busquen una historia de amor en plan “bella” y “bestia” o “Dracula” de Bram Stoker, mejor que vayan a ver “Valentine’s Day”.
El plumilla 2.0 