Posts Tagged barack obama

Obamanitis

fer Fernando Mexía, El plumilla.

Obama está en todas partes, omnipresente como un dios. Quizá por eso un 10 por ciento de los estadounidenses cree que el actual inquilino de la Casa Blanca es el anticristo; solo un 8 por ciento piensa lo mismo de George W. Bush. Lo cierto es que Barack, casi un año después de las elecciones que le dieron la presidencia, sigue sin deshacer el petate de campaña y multiplica las aparaciones públicas para defender sus causas en primera persona.

En marzo se recorrió las televisiones nacionales de EEUU para explicar una y otra vez su plan de rescate multimillonario contra la crisis, el primer Obamathon (telemaratón de Obama, revista Time), al que siguió otro asalto masivo a la pequeña pantalla en septiembre, esta vez para tratar de ganar apoyos con el fin de sacar adelante su reforma del sistema sanitario.

Unas comparecencias que compagina con sus obligadas visitas a foros nacionales e internacionales y que se fundamentan en la confianza del presidente en su oratoria, la misma que le aupó al poder arropado por un uso inteligente del multimedia y en 2008 desató la Obamanía o el forofismo incondicional a favor del demócrata. Read the rest of this entry »

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La extinción de los dinosaurios de la carretera

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Blog de Raúl Fernández, visítalo aquí.

Las ventas de coches o la nueva extinción de los dinosaurios

Podemos leer, casi a diario, que el sector automovilístico esta pidiendo ayudas a los gobiernos para poder superar la crisis en la que se ven sumergidos. Sí que es cierto que con los números en la mano, no están los tiempos para tirar cohetes. En el año 2008, en Europa y los países miembros de la AELC (Noruega, Suiza, Liechtenstein e Islandia), el descenso de las ventas ha sido del 7,8 % respecto a las unidades vendidas en 2007. En EE.UU. la caída ha sido aún más acusada llegando al 18,1 %, se ha bajado de 16,1 millones de coches comprados a 13,2 millones. En Asia, y más concretamente en China, las noticias son menos malas, aunque siguen sin ser buenas. El mercado del motor chino, el segundo más importante, ha sufrido una desaceleración que lo ha situado en un crecimiento del 6,7 % muy inferior al 21, 84 % del año 2007.

grafico-de-crisisA todo eso hay que sumarle las expectativas poco optimistas que los expertos están proclamando para la primera mitad de este año. Dicen, de todos modos, que el segundo semestre del 2009 empezará a mostrar la recuperación de un sector especialmente azotado por la inestabilidad del sistema. Aún así, se espera que el resultado a finales de año no sea mejor que el del 2008, pero sí habrá cambiado la tendencia para afrontar el 2010. Pero lo que realmente preocupa a los fabricantes, y sobre todo a los trabajadores, es saber si su empresa aguantará tanto tiempo sin caer en la bancarrota y viéndose obligada a cerrar sus puertas.

Los tres grandes de Detroit (Ford, Chrysler y GM) son, posiblemente, los más afectados a día de hoy. Inmersos en una falta total de liquidez consiguieron un préstamo del gobierno estadounidense por valor de 15.000 millones de dólares que les permitirá sobrevivir al menos hasta marzo de este año. Momento en el que Barack Obama ya será oficialmente presidente del país y podrá tomar medidas en caso de querer salvar su industria automovilística.

4x4Una industria que debe buscar una solución a su situación más allá de la caridad de los gobiernos que, al fin y al cabo, les exigirán todo el dinero que les han prestado. Renovarse o morir deberá ser su lema, puesto que el ideal de coche americano, grande y potente, sin importar cuánta gasolina consuma, ha quedado obsoleto.

Tal y como ocurrió en la prehistoria, los “dinosaurios” (SUV, 4×4 y grandes berlinas), dejarán paso a los “roedores” (pequeños utilitarios híbridos o eléctricos, con motores más eficientes y eficaces).

Las compañías tendrán que reducir los costes para lo que se impondrán las alianzas estratégicas entre fabricantes para compartir plataformas, tecnologías y motores; un ejemplo el la sellada entre el grupo francés PSA o Renault y la japonesa Nissan.

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El doble indonesio de Barack Obama. Anuncio de TV

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Obama, la coronación de una marca

Ha recaudado más de 200 millones de dólares en venta de productos, cuenta con cerca de 4 millones de amigos en la red social Facebook, su rostro ha empapelado casas, calles y coches en EE.UU. y su victoria fue aclamada en todo el planeta. Es más, la inicial de su apellido ha puesto nombre a una generación. Barack Obama no es solo el nuevo presidente estadounidense, es una de las mejores campañas de marketing diseñadas y puestas en funcionamiento de la historia. obama-collague

Ninguna otra persona, que yo recuerde, ha llegado a convertirse en un icono, en un mito que compite en popularidad con el “Che” Guevara, John Lennon, Einsten o Martin Luther King, sin haber sido testado primero o haberse dejado la vida en el camino. El triunfo de Obama es, por encima de todo, el éxito de una marca.

A falta de que el presidente número 44 de EE.UU. haga honor a las expectativas generadas, Obama no es más que un gran producto comercial etéreo, más cercano al concepto de dios que de lata de Coca Cola. Al fin y al cabo, millones de personas han comprado la idea “Obama” basándose en un único criterio: fe ciega. En Obama hay que creer, en la Coca Cola no.

Lo magnífico de esta campaña de marketing es que ha movilizado a una gran cantidad de votantes, especialmente jóvenes, que hasta la fecha nunca habían ejercido su derecho electoral o hacía mucho tiempo que habían perdido la confianza en las urnas. Estos ciudadanos pasaron de inactivos a proactivos, de no querer oir hablar de candidatos,  a descolgar el télefono y crear cadenas de correos electrónicos para promocionar el mensaje de Obama. Se convirtieron en legionarios del “Yes, we can” porque, en el fondo, necestiban algo en qué creer.

La fórmula de Barack resultó ser tan efectiva como la de la Coca Cola pero en menos tiempo. El mensaje ha sido sencillo, directo, filosófico-religioso y repetido hasta la saciedad: esperanza, una esperanza que llegó al corazón de los estadounidenses (y de parte del extranjero) y cuya semilla germinó y creció como la ilusión de un niño que espera la llegada de Santa Claus. No fueron tanto las medidas concretas propuestas por Obama, fue su capacidad de dibujar un futuro mejor para los que siempre ven el porvenir borroso. Igual que el niño que no sabe lo que Santa Claus le va a traer de regalo pero ansía su visita, los votantes quisieron que llegase Obama al poder. Lo que lleve en el saco, lo más importante, quedó en un segundo plano.

Los fieles de Barack se constituyeron en lo que ha venido a llamarse la “Generación O”, que puede entenderse como los que apoyaron a Obama, o los primeros (si se ve un cero en vez de la letra “o”) que  iniciaron la transformación política del país. El principal baluarte de Obama para predicar su mensaje fue internet. Nunca antes un político había sabido utilizar la web 2.0 de una forma tan inteligente y, sobre todo, cercana.

Obama logró conectar con sus seguidores potenciales y su testimonio corrió como la pólvora. Dio con la piedra filosofal que une a millones de internautas heterogéneos en pos de un objetivo común, una receta secreta que tiene que ver con su carisma y su credibilidad y que tratarán de imitar en los próximos años los candidatos electorales de EE.UU. y de otros países. En la red estará la clave de la victoria en unos comicios. Imagino que los asesores de aquí y de allá habrán analizado el fenómeno Obama al detalle, igual que los productores de refrescos han tratado de dar con la composición exacta y el proceso de elaboración de la Coca Cola; otro mito del marketing.

Cerca de 4 millones de seguidores en Facebook (Madonna, Michael Jackson o The Beatles cuentan con obama-facebook1500.000) , 13 millones de emails en su base de datos de contactos (4 veces más que los que tuvo John Kerry) y un rédito en donaciones “online” de más de 500 millones de dólares. Uno de los hitos de la marca “Obama” fue el mensaje de texto que se envió a través de teléfonos móviles en el que anunciaba en nombramiento de su vicepresidente y que alcanzó a casi 3 millones de personas. Un SMS que se convirtió en el mayor evento de marketing en telefonía móvil en la historia de EE.UU. A Obama ya se le llama el presidente de internet, también Obama 2.0.

Fue un pionero en usar los vídeos en internet como parte de su estrategia básica para hacer llegar sus discursos a los ciudadanos (change.gov o en YouTube), también tiene un perfil creado en MySpace, otra popular red social de la web, o en Linkedin, red de contactos profesionales. En definitiva, está en todas partes. No solo supo utilizar la web para construir su leyenda, sino que contagiados de entusiasmo (y de hartazgo a Bush) sus fans ayudaron a transmitir de él una imagen moderna y atractiva. Baste como ejemplos los vídeos Yes we can, The Empire Strikes Barack ( y otros de Humanitainment) o Wassup 2008.


SuperObama, en las calles de Los Angeles.

El ilustrador Shepard Fairey se encargó de terminar la ecuación que elevaría a Obama a un icono. Su poster de estilo pop con el busto de Obama en azul y rojo forma parte ya de la identidad del nuevo presidente. Una creación que el autor cedió a la campaña demócrata para empujar su victoria. Como Fairey otros artistas se involucraron en la construcción de su propia visión de Obama, un candidato que trascendió a su persona, lo mismo que hizo Andy Warhol con  la actriz Marilyn Monroe.

Llegados a este momento, Obama baja de los cielos electorales en olor (y no loor) de multitudes  convertido en cuasi divinidad. Su ceremonia de proclamación presidencial parece una fiesta fin de curso con la parafernalia de una inaguración de unos Juegos Olímpicos.  Alejandro Sanz, Paulina Rubio, Shakira, Beyonce, Bono, Bruce Springsteen o Sheryl Crow ponen letra y música a la verbena del nombramiento. Una celebración que glorifica la marca Obama, que vuelve a insuflar optimismo a la sociedad, aunque pensado en frío resulta excesiva en tiempos de crisis.

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Muchos de los datos de este artículo se recogieron de la revista “2009 Inauguration Special“, de Weider Publications del grupo American Media.

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Obama, no me gustaría estar en tu pellejo

Estimado Barack Obama,

No me gustaría estar en tu pellejo. Aún no has puesto el pie en la Casa Blanca -salvo de visita- ni aliviado los sufrimientos de los estadounidenses pero ya has disfrutado del sabor de la victoria; sin duda un juego peligroso. Hombre del año en 2008, te has ganado la simpatía de (casi) todos, incluidos dirigentes contrarios a Estados Unidos como los Castro cubanos y parte de la comunidad islámica. Has recubierto tu figura de esperanza y consagrado tu sermón al “Yes we can”; ahora repetido como una oración por millones de fieles. Eres un profeta en la política del nuevo milenio y ya te comparan con el malogrado JFK. Chapoteas en un océano de halagos mientras te arrastra una corriente parsimoniosa, sin mácula, al abismo de la presidencia legada por G.W.Bush.
obama-calabazaTu pasado reciente te avala, tu talante cautiva, tus planes convencen. Una estupenda carta de presentación pero un pésimo precedente. Ha llegado el momento de hacer honor a tus buenas palabras. Lo cierto es que ya eres un héroe del cambio sin haber cambiado nada. Tu lista de tareas asusta tanto como las expectativas generadas sobre tu persona. Una ecuación que inevitablemente conducirá a la decepción, la frustración y acto seguido a las críticas. Prepárate para la tormenta, Obama, porque se anuncia temporal en 2009. Como digo, no me gustaría estar en tu pellejo.
Por muy optimista que uno sea, resulta ilógico pensar que el nuevo presidente estadounidense pueda zanjar sin dolor y sin polémica los cánceres que afectan a EE.UU. y por extensión al resto del mundo.
Tendrás que remangarte la camisa y meterte en el fango para desatascar la economía sin maltratar aún más a las familias con menos renta. Necesitarás emplear mucha mano izquierda y enseñar los dientes para calmar Irak sin azuzar la caldera del fundamentalismo mientras buscas al desaparecido Bin Laden y tratas de que el conflicto de Oriente Medio no se extienda más allá de Afganistán.
No me cabe duda de que tu lista de enemigos crecerá cada día, tomes las decisiones que tomes, porque nunca se puede satisfacer a todo el mundo. Elige bien tus pasos porque caminarás al borde del precipicio. Los que ahora te dan palmaditas en la espalda luego pueden pasar a empujarte por la pendiente.
Si eres un buen tipo, como se presume de la imagen que proyectan de ti, elegirás el sendero difícil, el de enfrentarte a los poderes establecidos que han puesto patas arriba las finanzas, que sacan tajada de las guerras, que especulan con la salud del ciudadano y con el medio ambiente por un puñado de billones de dólares. Si tienes el valor de hacerlo, vigila tu espalda. Los buenos tipos suelen acabar traicionados. La historia ofrece numerosos ejemplos de cómo el statu quo mandaba a la cruz, a la hoguera, a la horca o al paredón a quienes mostraban suficientes arrestos como para ser una amenaza.
Si nos tienes engañados, pronto saldremos de dudas. En cualquier caso, no me gustaría estar en tu pellejo.
Cuando el día 20 de enero se concrete tu nombramiento presidencial, rodeado de caras amables, famosos de Hollywood y miles de seguidores, disfruta del momento. A partir de ahí la cosa se pondrá fea y tendrás poco cuerpo para fiestas.
Has dejado entrever tus buenas maneras al publicar en la red la lista de donantes para los festejos de tu proclamación. Algo inédito en Washington. Eres consciente de la importancia de la web, otra novedad que puede aportar frescura a la forma de gobernar y tratar con los ciudadanos. Esperemos que se confirme durante la legislatura y se te acabe recordando, entre otras cosas, como “Obama, el presidente internauta”.
No sé si eres supersticioso pero por si acaso toca madera. Guarda los amuletos que te dieron tus votantes durante la campaña electoral, puede que te hagan falta. Si tomaste las doce uvas para cambiar el año, como te recomendaban en un vídeo viral desde España para atrapar la buena suerte, algo que te llevas.
Recuerda que tu surgimiento y victoria fue posible gracias al caos originado por Bush. Sin su nefasta gestión el fenómeno Obama no habría sido posible, al menos, pienso yo, en 2008. Ten presente sus errores porque eres el remedio escogido para restaurar la cordura; si es que es posible.
Veremos qué tal sale 2009, confío en que no te coja empachado de éxito o con resaca de gloria. En cualquier caso, Obama, no me gustaría estar en tu pellejo.

Fernando Mexia, El plumilla

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