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El gato del callejón

En este mundo nuestro hay gatos de todo pelaje y condición, aunque últimamente está visto que proliferan los que chupan del bote, despilfarran lo común y ronronean y arañan  según les convenga para mantener sus camas almidonadas y calentitas. Afortunadamente, a pesar de lo que diga el refrán, en esta selva nuestra no todos los felinos son pardos, también está el que habita el callejón. Un gato que enseña los dientes frente a las tropelías que se cuecen y enriquecen ante nuestras narices, un animal de redacción periodística, desheredado de complejos, difícil de silenciar y con muchas vidas en el tintero. El gato del callejón, ojo avizor desde la atalaya de internet. Read the rest of this entry »

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España

fer Fernando Mexía, El plumilla.

Iba a escribir un post sobre España, pero al final decidí ahorrármelo para evitar quebraderos de cabeza, críticas a destiempo y comentarios ultrajantes. Alguno dirá que es cobardía, pero cuando se trata de la madre patria una opinión es como un arma de destrucción masiva, nunca sabes si te va explotar entre las manos. Cuando ejercer la libertad de expresión se convierte en una temeridad, ustedes me disculpen, hago mutis por el foro, achanto la mui, me acojo a la quinta enmienda y me alisto en el equipo de los prudentes.

Tal y como están las cosas, la cautela es una herramienta indispensable para sobrevivir en un ambiente como el español en el que lo que sobran son opiniones. Es como si callarse no fuera una opción y estuviéramos condenados a darle cuerda a la sin hueso sine die. Claro que si todo el mundo habla lo que cabe preguntarse es si alguien escucha. Read the rest of this entry »

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Crítica de cine: Harry Potter and the Half-Blood Prince

fer Fernando Mexía, El plumilla.

La sexta entrega de Harry Potter es, ante todo, un capítulo de una larga saga y como tal cumple su papel. Más que ninguna otra, “Harry Potter and the Half-Blood Prince” es un filme de transición,  un entretenido episodio necesario para preparar al espectador para el esperado desenlace de las aventuras del joven y poderoso mago creado por J.K. Rowling que llegará al cine partido en dos producciones, una en 2010 y otra en 2011.

Dicho esto, la cinta no es la mejor de las seis. Los seguidores de Potter echarán de menos algo más de magia y seguramente una trama donde el misterio y el suspense que rodea a los alumnos de Hogwarts tenga el protagonismo de sus predecesoras. En ese sentido “Half-Blood Prince” se queda a medias. El director David Yates rebajó los minutos de tensión y en su lugar utilizó el largometraje para ofrecer algunas de las claves fundamentales que empujarán la historia hacia su final. El filme viaja en el tiempo a través de los recuerdos de un nuevo profesor, Horace Slughorn, para mostrar a un joven Voldemort y su curiosidad por una magia muy negra.  Unos detalles que se revelan ante Potter y que dejan entrever al espectador qué dirección podrían tomar las siguientes películas.

Un Draco Malfoy (Tom Felton) muy desmejorado, de rostro casi enfermizo,  mueve la narración durante minutos, aunque se olvida prácticamente de hacerle la vida imposible a Potter (Daniel Radcliffe). Malfoy está demasiado preocupado por cumplir con la tarea que le encomiendan fuerzas malignas y tiene que demostrar de qué pasta está hecho. “Half-Blood Prince” apunta a un cambio en este enemigo acérrimo de Harry, aunque no voy a desarrollar esta idea para no especular demasiado.

El siempre sospechoso Severus Snapes desvela alguna de sus cartas en este capítulo y se posiciona de cara al final de estas aventuras donde está llamado a jugar un papel más que relevante y que podría deparar más de una sorpresa.

Los momentos más intensos se refugian en el último tercio del filme y llegan cargados de un drama que conlleva un “sacrificio”.  Quiero destacar la secuencia en la que Potter y Dumbledore (Michael Gambon) se lanzan a la captura de un valioso objeto escondido en unos acantilados impactantes. La espectacular toma desde el mar resulta cautivadora y los seres con los que se enfrentan poco después, dignos de una pesadilla (si bien tienen un aire al Gollum de “The Lord of the Rings”).

Además de esa lucha entre el bien y el mal, la nueva entrega de Harry Potter está cargada de feromonas. Sí, la edad del pavo ha llegado a la escuela de magia, si bien se reduce a una sexualidad un tanto ingenua que no pasa de algunos besos sueltos, un par de escenas de celos, un hechizo de enamoramientos y algunos desencantos, todo con una dosis de humor que se agradece. El pelirrojo Ron (Rupert Grint) explota su atractivo y por momentos eclipsa a su gran amigo Potter. Cupido también altera a la tranquilidad de la cerebral Hermione (Emma Watson) a la que esta vez le pueden las emociones. Harry también se tira a la piscina del amor…

Finalmente la inquietante amenaza de Voldemort y sus secuaces hace que estos “affairs” se queden en tonteos de colegio y Harry Potter no derive en una cinta de romances de aspirantes a universitarios tan habituales en Hollywood.

“Harry Potter and the Half-Blood Prince” no es una obra maestra, tampoco un bodrio. Ocupa su lugar en el espacio y en el tiempo. No está pensada para crear adeptos, pero mantiene viva la llama de quienes sucumbieron a los encantos del niño mago más famoso del cine.

Continuará… (con “Harry Potter and the Deathly Hallows”)

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Super Bowl, un gol a la crisis

mariab María Benito, periodista

Super Bowl: La gran fiesta de la publicidad en EE.UU.

No sé cuál de los anuncios emitidos antes de la Super Bowl, la final de fútbol americano, después o durante la retrasmisión fue más divertido, aunque según dice  algún periódico Doritos y Monster lograron arrancar las carcajadas. Esto es importante. En la noche más importante del año deportivo en EE.UU. tenía que predominar el optimismo, pero también la contención.  Contención y sacrificio, como dice Obama, a pesar de que se pagase unos 100.000 dólares por segundo (en algunos espacios publicitarios la NBC tuvo que hacer descuento porque las tarifas eran altas para tiempos de crisis).

Lo que me interesa del asunto es que a pesar de que la crisis que nos afecta a todos también ha causado alguna dificultad al gran evento mediático y deportivo (por este orden) del año en Estados Unidos, la Super Bowl es la Super Bowl, como dicen los anunciantes, y otra vez se ha llevado el gato al agua.

43 EDICIÓN DEL SUPER BOWL DE LA NFLLa final de fútbol americano, que se celebró el domingo 1 de febrero en Tampa, Florida, es el gran escaparate de la publicidad, un acontecimiento que siguen unos 90 millones de personas, un tercio de la población de EE.UU. Por eso cada año ha marcado récords en los precios de los espacios publicitarios, todo el mundo quiere estar ahí, aunque sea más rentable a largo plazo (para crear marca), que a corto, según Tim Calkins, profesor de marketing de la Northwestern University.

Este año la cadena NBC vendía los espacios de 30 segundos a 3 millones de dólares, lo que supone un 11% más que en 2008. Según los datos de Nielsen, los precios han ido subiendo a buen ritmo desde la primera edición, en 1967, cuando se pagaron 37.500 dólares por cada medio minuto, no está mal…

Así que a pesar de que algunos clásicos del evento se han retirado por las dificultades económicas y los problemas de imagen que les causaría pagar esa cifra cuando han solicitado el rescate del Gobierno o anunciado el despido de miles de personas, la Super Bowl ha sido, económicamente, un éxito. Con razón se mostraba satisfecho Dick Ebersol, presidente de NBC Universal Sports & Olympics, que dijo estar “encantado”  por haber vendido todos los espacios. En concreto, NBC Sports ha conseguido 206 millones de dólares de ingresos por publicidad.

De los que sí han estado este año, quiero destacar el caso de Pepsi, que ha realizado una gran inversión. Además de comprar tres minutos y medio (fue el segundo anunciante tras Anheuser-Bush InBev) y emitir un anuncio en 3D, la compañía de refrescos ha firmado este año un acuerdo para bloquear a su eterno rival, Coca Cola, durante la primera mitad de la retrasmisión, según la revista Forbes .

Así que pese a la recesión que sufre EE.UU. (la economía se contrajo un 3,8% en el último trimestre) la Super Bowl es la Super Bowl y la gente necesitaba un respiro, ya se han emitido demasiados mensajes negativos en los últimos meses, necesitaba fútbol, espectáculo y anuncios bonitos… the show must go on! Que se lo digan a Springsteen, que ha sacado las entradas para su gira de primavera el día después de actuar en la final de fútbol.

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Hechos consumados

Somos consumidores de hechos consumados. Víctimas de la doctrina del caradura, la que sigue el espíritu mafioso del “primero dispara y luego pregunta”. Forma parte de nuestro ADN ciudadano. El abuso del sinvergüenza se ha convertido en un pequeño precio a pagar por la convivencia pacífica. Un pacto silencioso en el que los dóciles y cívicos ponen reclamaciones sobre papel mojado mientras los causantes del mal se frotan las manos satisfechos por salirse con la suya, o ponen cara de inocente y el grito en el cielo cuando se les da caza.

Uno tiene la sensación de que ser buen ciudadano no sale a cuenta gran parte de las veces.
Al final quedan tres opciones vitales: llevar el cuchillo entre los dientes un día sí y otro también, vivir resignado a poner la otra mejilla, o entrar en el juego suicio y pasar de víctima a verdugo. La primera, la figura del justiciero social, garantiza la infelicidad más absoluta bajo un régimen permanente de cabreo; la segunda ofrece la tranquilidad de la oveja refugiada en su rebaño y el consuelo de saber que casi todos somos víctimas en algún momento; la tercera es un arma de doble filo que puede generar satisfacción a corto plazo, pero que suele venir acompañada de una buena ración de remordimientos que tarde o temprano suelen hacer su efecto. Para ser un canalla hay que tener estómago, y no todo el mundo lo tiene.

colaEstos roles son fácilmente imaginables en cualquier cola de supermercado. Hay quienes pasan por delante del resto, armados de decisión, con la cabeza alta, transmitiendo un aura de razón y dispuestos a evitar la tediosa espera. Si nadie les dice nada, objetivo cumplido. Un clásico en esto de los hechos consumados. Usualmente, muchos de los que están guardando el orden miran para otro lado para evitar la situación violenta y se preguntan en silencio si esa persona estaba primero, si era familia del dependiente o si estaba en su derecho porque “como nadie dice nada”. Si alguno de los presentes se solivianta suele hacerlo en solitario, con algunos apoyos tímidos del resto que piensan que esa no es su guerra, y suele concluir con el caradura reculando; si bien no hasta el lugar que le correspondería. En definitiva: el que trata de aprovecharse de los demás suele sacar tajada y mejorar su situación.

Si traducimos los pequeños altercados diarios a una escala global, aunque cambien los protagonistas, los papeles se mantienen y los resultados también.

Una variable se acentúa, la estrategia de los hechos consumados suele estar vinculada a los que tienen más poder, a los que ponen las leyes para que las cumplan otros.

Un ejemplo de manual ha sido el plan ruso de invadir Georgia o de cerrar el grifo del gas a Ucrania, dejando congelada media Europa. Con excusas un tanto sibilinas, el gobierno mecido por Putin hizo bueno el “primero dispara y después pregunta”. No le gustaba lo que ocurria en la ex república soviética y entró con los tanques mientras la comunidad internacional miraba para otro lado o presentaba una queja al libro de reclamaciones de Naciones Unidas. Que es, como dirían en mi tierra, como reclamar al “maestro armero”. Nada de nada. Ahora decidió enfriar los ánimos europeos como punto de partida para negociar un acuerdo de precios sobre el gas. Una jugada inteligente para salirse con su objetivo, pero fuera de cualquier normativa de buena vencidad. Nuevamente, ganaron los hechos consumados.

En la misma línea actúa Israel, país dispuesto a reclamar sangre palestina para resarcirse de los ataques terroristas de Hamas. No solucionará el problema en Oriente Próximo, pero al menos calmará sus ansias de venganza. Es absurdo esperar represalias internacionales. El ataque israelí terminará cuando lo consideren oportuno. Luego vendrán los acuerdos de paz, que se romperan, de nuevo, cuando interese. Por la misma regla de tres, se me ocurre que la fuerza de los palestinos estaría en organizarse y cruzar todos el mismo día a la misma hora las fronteras isralíes. Una marcha verde estilo marroquí en el Sahara Occidental transportada a la franja de Gaza. No hay suficientes balas para frenar semajante avance. Tampoco acabaría con el conflicto, pero fastidiaría.

Otro experto en hechos consumados es EEUU que atacó Irak por su cuenta y riesgo o que abrió la prisión de Guantánamo para evitar su propio sistema legal, por citar un par. Las políticas nucleares de Irán y Corea del Norte siguen el mismo principio: “yo lo hago y luego ya veremos”. La lista de estos actores es interminable.

En todos los casos, estos países actuarían con el perfil del que abusa, del que aplica la doctrina de hechos consumados. Un papel que alterna con el de mirar hacia el otro lado cuando interesa. El rol del que protesta suele recaer en naciones pequeñas y débiles, que aún creen que la ONU es un organismo que merece confianza, y también la Union Europea.

La institución comunitaria vive enterrada bajo papelos, reuniones ministeriales, encuentros bilaterales, cumbres y recumbres, casi siempre borrascosas, que sirven para aumentar la burocracia, hacer un par de fotos, hablar de derechos humanos, dar palmaditas en la espalda y proyectar ilusión en la bondad de los actores internacionales. No se trata de ingenuidad, sino de falta de acuerdos internos para tener una visión común que les permita convertirse en abusadores, como el resto.

Pocas veces la UE ha sido eficaz para apaclar los ánimos de los sinvergüenzas, que al igual que en la cola del supermercado, suelen salir ganando algo incluso cuando parece que pierden. Los remordimientos brillan por su ausencia.

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Fotografía de stock.xchng

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Hija de…

kubelick Kubelick, visita su blog aquí

The Guitar de Amy Redford (2008)

En nuestra época no está bien visto heredar privilegios. Tenemos la estúpida creencia de que, para ser dignos de ellos, nuestros haberes deben ser fruto del esfuerzo. Por eso, cuando a los hijos de artistas consagrados les da por seguir los pasos de sus progenitores, nos dejamos corroer por la envidia del currelante, repartimos mayúsculas enes (de nepotismo) escarlata y les acusamos de ocupar una plaza para la que no han hecho suficientes méritos. Los agentes de Hollywood, esos astutos seres que diseñan las vidas irreales que el resto del mundo codiciamos, aprenden en primero de carrera que, para hacer simpático a un retoño enchufado, hay que echar mano del subterfugio del cine indie.
the-guitar1El caso más resultón de los últimos años ha sido el de Sofia Coppola y el más reciente el de Amy Redford. El padre de la primera, Francis Ford, ya había encontrado trabajo en el negocio a toda su parentela, incluyendo, por desgracia, al cargante primo Nicholas (Cage); la niña de sus ojos, claro está, no iba a ser menos. Por su parte Robert, el Sundance Kid, es el tipo que robó Utah a los mormones convirtiendo las cabañas de los alrededores del Lago Salado en los cuartos de visionado de aquellos ejecutivos de majors que otrora le concedieron el título de Brad Pitt de los 70; entre tanta pasta y tanto amigo, raro sería que no encontráramos dónde colocar a la niña.
Tanto Amy como Sofia probaron suerte primero en la interpretación. No eran ni guapas ni buenas actrices, así que optaron por ocupar la plaza que se les reservaba por derecho de nacimiento y pasar a dirigir películas. Para nuestra tortura (y su descrédito) la saca de la herencia paterna no incluía talento. La diferencia entre Sofia Coppola y Amy Redford es que la primera se juntó con una pandilla más molona. Esos domingos viendo la MTV y fumando petas con su colega (después marido y actual ex) Spike Jonze no cayeron en saco roto. Si su debut cinematográfico, “Las Vírgenes Suicidas”, era un videoclip muy largo con la profundidad narrativa de un vaso de chupito, “The Guitar”, la opera prima de la benjamina de Redford, tiene la de un dedal. La trama del film, que se ha paseado sin sonrojarse por los festivales de Karlovy Vary (República Checa) y Valladolid (España), serviría, bien para la contraportada del DVD, bien como testimonio de octavilla de una de esas religiones de nuevo cuño que se anuncian a las puertas de los herbolarios. “Mel era una chica anodina con un trabajo, un novio, una vida, en definitiva, que no le gustaba, hasta que una mañana le diagnosticaron un cáncer terminal. Mel decidió entonces mandarlo todo, vida, trabajo y novio, a hacer gárgaras” Sí amigos, en el universo de Amy Redford las chicas normales se parecen a Saffron Burrows y los tumores mortales se curan entonando el carpe diem del niñato pijo: pasa de lo que te digan, alquila un ático de lujo, llénalo de lámparas de decoración del Soho, de a cuatro mil la pieza, conviértete en el auténtico Guitar Hero y, sobre todo, monta orgías con extraños; que quede claro que no estamos en 1987 y que esto no es una peli de Penny Marshall para la Disney.
No sé si Amy Redford terminará ganando uno de esos Oscars de discriminación positiva, verbi gratia, la primera rubia menor de 45 años que consigue sacar un largometraje de un guión con cuatro páginas de diálogos. Da igual. La mitad de nosotros mataríamos por conseguir lo que es, hasta la fecha, su mayor aportación a la historia del audiovisual: un figurante con frase en un capítulo de “Los Soprano”.

Trailer

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Crítica de cine: Valkyrie

antonio_martin

Valkyrie, por Antonio Martín

Emoción contenida

A la nueva y esperadísima nueva película de Tom Cruise, ídolo caído y ex chico de oro de Hollywood, se le pueden achacar muchas cosas, relacionadas principalmente con la elección de su actor protagonista. En una historia basada en hechos reales que nos lleva hasta 1944, durante la II Guerra Mundial. Muchos no se creerán al ídolo de masas en el uniforme del coronel Claus von Stauffenberg, encargado de llevar a cabo un atentado contra la vida del Führer con la ayuda de figuras clave del organigrama nazi. Cruise hace un trabajo digno y sobrio, pero resulta excesivamente frío en la ejecución y su labor queda eclipsada por los demás elementos que le rodean. Sabemos cómo acabaron las cosas, así que las únicas claves por descubrir son: ¿qué salió mal? ¿por qué salió mal?
web de la película en español
Y es aquí donde aparecen las virtudes del filme, rodado de forma primorosa por Bryan Singer, autor de una de las obras más sorprendentes de los 90: “The Usual Suspects” (a reivindicar desde ya), cuyo guionista, Christopher McQuarrie, vuelve aquí a reunirse con el director de “X-Men”. La cinta, llena de imágenes potentes y con un comienzo arrollador, se va levantando poco a poco, a un ritmo pausado, casi hipnótico, con momentos que son oro cinematográfico (las temblorosas manos arriba de las mujeres ante la supuesta muerte de Hitler) hasta llegar a un clímax tan inspirado como conmovedor.

“Valkyrie” cuenta con un prodigioso diseño de producción y no es sólo una lección de historia, sino que también funciona como mero entretenimiento. No será una de las principales contendientes al Óscar. Tal vez no sea su momento. Pero encierra talento, el de un director que filma con precisión de cirujano y que conoce al dedillo los mecanismos del suspense.

En el plano interpretativo, Tom Wilkinson, como ya es habitual, se come la pantalla. Y aunque el resto de intérpretes británicos está a la altura, como Kenneth Branagh y Terence Stamp, es Bill Nighy (aquel cantante de vuelta de todo en “Love Actually”) quien sorprende con una actuación en carne viva.

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Trailer

Trailer en español en: http://www.valkirialapelicula.es/

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A zapatazo limpio

Muntazer al Zaidi, un desconocido reportero iraquí, se armó de valor el día 14 y le arrojó a Bush sus zapatos en una rueda de prensa. El furioso periodista descargó su ira contra el mandatario estadounidense harto de sus políticas en Oriente Medio. Una razón que le ha convertido en un héroe para parte del mundo árabe y musulmán, aunque su actuación le ha llevado a prisión. Imagino que en su celda Al Zaidi habrá sopesado ya si su reacción mereció la pena. Al menos, pienso yo, no se quedó con las ganas, las mismas que el resto de profesionales de la información hemos tenido y contenido en numerosas ocasiones durante el ejercicio de nuestra maltrecha labor al enfrentarnos con el día a día.
Bien por decencia, bien por mantener el empleo, bien por falta de agallas, uno se ha ido a casa consumido por la rabia, la frustración, el cansancio y la mala leche más veces de las que puede recordar; y reconozcámoslo, a los periodistas nos sobran los motivos para ponernos en pie de guerra.
El que es periodista o lo es por vocación o lo es por error. Los que tienen empleo se quejan de los bajos salarios, el horario esclavo, la degradación informativa por aquello de que prima la cantidad sobre la calidad… El que no lo tiene mendiga por conseguir lo que sea mientras su familia le dice que estudie para un puesto de trabajador del estado.
El periodista es un especimen raro, sufre en silencio su calvario laboral mientras informa de las penurias del resto de profesiones. Poco trascienden los despidos en medios de comunicación (especialmente en el mundo en español), ni las consecuencias que tienen esas reducciones de plantilla en la credibilidad de un periódico, una televisión o una radio. Parece que a nadie le importa.
Aunque el periodismo es el cuarto poder, el periodista se expone desvalido ante la cruda realidad que quiere contar y que en ocasiones lo devora. Esta profesión, igual que el tabaco, perjudica gravemente a la salud.
En lo que va de año han muerto 50 periodistas en acto de servicio, muchos de ellos en Irak y Afganistán, pero también en México o en Bolivia. En los últimos diez días un cámara fue agredido en Bolivia, un fotógrafo en Venezuela, un reportero en Argentina, un grupo de manifestantes amenazó de muerte a otros periodistas en Perú y unos vendedores ambulantes arremetieron en Colombia contra otras profesionales.
En España se suceden los despidos, bien directos (Qué!, 20 Minutos, por citar dos ejemplos) o bien indirectos, es decir, la no renovación del contrato temporal.
Una situación que en este país europeo se difumina entre líneas en el contexto de la crisis económica y lamentablemente no sigue el ejemplo norteamericano, donde la cosa trasciende algo más.
Doscientos despidos en Detroit, 600 en el grupo canadiense Sun Media , o una veintena en el nacional estadounidense USA Today.
Una desgraciada tendencia de recorte de personal que ha tenido como respuesta la creación de una comunidad en la red social de internet Twitter, donde uno se puede enterar a golpe de mensaje corto y a tiempo real de a quién más han puesto de patitas en la calle.
Si hay un país donde el periodista sea respetado y no sea considerado un tipo de poca confianza o baja catadura moral ese es Estados Unidos (al menos si se compara con otros lugares del mundo), quizá por sea más habitual recibir noticias de lo que pasa con los informadores más allá de la connivencia entre grupos mediáticos para silenciar sus trapos sucios.
Por eso es posible que los empleados del diario The Rocky Mountain News (Denver, Colorado) lancen a la población un S.O.S. para salvar su periódico con la esperanza de encontrar la financiación que les permita continuar con su labor y no cerrar esa centenaria cabecera.
Hay hasta quien en este mundo de los rescates bancarios ha lanzado un plan de emergencia para periodistas que pierdan su trabajo.
La empresa Blogs.com creo el “The TypePad Journalist Bailout Program“, con el que ofrece a reporteros despedidos un espacio gratis en su servidor, así como asistencia técnica, para que ejerzan en la red.
Bien es cierto que internet tampoco es un refugio para los informadores, de hecho los periodistas del mundo web son los que tienen más probabilidad de terminar entre rejas, justo donde está Muntazer al Zaidi.

Llegados a este punto, y valorando la certeza de que mis palabras pueden dar con mis huesos en la cárcel, me imagino compartiendo celda con el periodista iraquí. Estoy seguro de que no podría evitar pensar que al menos él descargó su frustración a zapatazo limpio.

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Se dice, se comenta: Australia, Milk y Doubt

Resulta que “Australia” es un fiasco o eso parece por los comentarios que he oído por aquí. Sus casi tres horas de metraje son una losa sobre la atención de los espectadores. Los críticos aseguran que el filme, promocionado con bombo y platillo no cumple con las expectativas y peca de clichés australianos.
australia4Dicho de otra forma, el que quiera verla que vaya mentalizado y se compre el supercombo de palomitas de maíz y refesco gigante para pasar el rato. Alguien me dijo que dista mucho de ser una película épica sobrecogedora, ni una cinta de acción espectacular, ni un melodrama superlativo como “Titanic”. En defintiva, “Australia” es el primer gran descarte en las quinielas de los Óscar. Read the rest of this entry »

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