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¿Revolución?

Los medios de comunicación internacionales se afanan en vender las manifestaciones de Irán como si fueran una revolución. Un calificativo en el que se transmite más un deseo que una realidad. Los expertos en Oriente Medio aseguran que las protestas en Teherán afectan poco a la estabilidad del régimen islámico de los ayatolás y, a pesar de la multitud que muestran muchas fotos, el porcentaje de “insurgentes” es relativamente bajo en un país de 70 millones de habitantes. Es más, los analistas apuntan a que Ahmadinejad habría ganado en votos al opositor Musavi, con o sin fraude, lo que indica que el presidente del gobierno iraní cuenta con mucho respaldo social también. La marea verde que recorre las calles de la capital del país tiene más parecido a las manifestaciones postelectorales en Venezuela que a la revolución de Jomeini de 1979. Eso sí, pueden acabar como en Tiananmen.

Más en http://www.tintadigital.org ( http://tr.im/ppcP)

El plumilla

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Basta ya… Eurovisión

Ya está aquí de nuevo Eurovisión. Aún no nos habíamos repuesto de la jarana del año pasado con el “Chiki chiki” y otra vez nos absorbe un recital mediático de cantinela conocida donde el sentido patrio se impone al común. Más allá de la crítica musical de un concurso de interés discutible, la fanfarria eurovisiva acaba alcanzándonos aunque ni por asomo tengamos curiosidad por saber los puntos que le caen al  “güayominí”, la historia de la candidata de Malta o el número de ensayos de Soraya, que por efecto del forofismo embriagador se convierte en “nuestra” Soraya con posibilidades de terminar siendo “Sorayísima” en caso de éxito. Aún así, nada igualable al título con el que se coronó a la televisiva Rosa López, alias “Rosa de España”. Tela marinera.

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Obama podría "desenchufar" internet

fer Fernando Mexía, El plumilla.

Internet, vaya con internet. Estamos metidos en el ciberespacio hasta la coronilla, un universo con el que nos vamos atragantando, incluso aunque procuremos estar actualizados. La fascinante herramienta web viene sin libro de instrucciones y su regulación casi brilla por su ausencia. La red es el “far west” del siglo XXI donde una legión de usuarios vamos lanzados hacia la “conquista” de este singular Oeste mayoritariamente americano (estadounidense, quiero decir). Un mundo con muchas oportunidades y pocos “sheriffs” que pone nervioso a Washington, corrijo, muy nervioso.
El pasado miércoles 1 de abril dos senadores, el demócrata John Rockefeller y la republicana Olympia Snowe, presentaron The Cybersecurity Act of 2009, una propuesta de ley que incide en la gran amenaza que supone internet para la seguridad nacional de EE.UU. Entre las medidas que se sugieren destaca la postestad presidencial para apagar o limitar el tráfico en la web en caso de emergencia o el acceso a información privada confidencial a criterio del secretario de estado de Comercio.

Esta iniciativa sería como poner en el despacho oval un botón rojo para conectar o desconectar la web según losboton2 intereses estadounidenses sin ni tan siquiera pasar por el Congreso de EE.UU., o exponer nuestras miserias y secretos protegidos con las claves más indescifrables a la curiosidad de un político en función de las estrategias de turno para luchar contra el ciberterrorismo. Todo sin necesidad de pedir permiso a nadie.

El presidente, en el plazo de un año después de la aprobación de esta ley, podrá desarrollar un a estrategia  de ciberseguridad comprensible que  podrá incluir una visión a largo plazo del futuro de la ciberseguridad nacional y un plan que englobe todos los aspectos de seguridad nacional, incluyendo la participación del sector privado, operadores y gestores fundamentales; puede declarar una emergencia de ciberseguridad y ordenar la limitación o apagado del tráfico de internet desde o hasta cualquier infraestructura de información del gobierno Federal o  red o sistema estadounidense; puede designar una agencia para que se responsabilice de coordinar la respuesta y la restauración de cualquier infraestructura fundamental afectada por una declaración de emergencia de ciberseguridad […]; puede ordenar la desconexión de cualquier infraestructura de información estadounidense o del gobierno Federal en defensa de la seguridad nacional.

Éste es un extracto de la propuesta de ley (sección 18, Autoridad y responsabilidades en ciberseguridad, pág. 43)  que también apuesta por la creación de un asesor presidencial en materia de ciberseguridad. Si bien es entendible que cualquier país, especialmente el más poderoso del mundo, quiera tomar medidas contra posibles ciberamenazas es cuestionable si estas medidas, que afectarían a toda la red ya que la mayor parte de los movimientos en internet nacen o pasan por EE.UU., son de recibo por cualquiera que tenga dos dedos de frente.

Si por algo internet se ha convertido en una revolución es porque permite a cualquiera navegar, emitir contenidos e intercambiar información con un coste muy bajo y un grado de libertad muy elevada. Internet es lo que es por las posibilidades que les da a los usuarios para construir la red, generar aplicaciones, etc. Un cierre provisional de la red, o la posibilidad de que eso ocurra, tendría también un efecto desestabilizador en la economía que cada vez vive más en el mundo virtual.

La propuesta de ley, que parece sacada de la era del miedo promocionada por la Administración Bush, fue justificada por Rockefeller y Snowe como una vía ineviatable para enfrentarse con los delincuentes de la web.

“Debemos proteger nuestras inraestructuras fundamentales a cualquier precio -desde nuestra agua a nuestra electricidad, banca, señalización y los registros de sanidad virtuales- la lista continúa”, dijo el demócrata. “Si fracasamos en actuar con rapidez, nosostros, lamentablemente, nos arriesgamos a un ciber-Katrina”, explicó Snowe.

Evidentemente también hay voces que alertan sobre el excesivo control que daría a la Casa Blanca esta ley en caso de aprobarse, que atentaría directamente contra los derechos fundamentales que se presuponen a un país democrático forjado en la defensa de las libertades civiles.

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HBO hace series malas

kubelick Kubelick, visita su blog aquí

HBO hace series malas

De un tiempo a esta parte oigo un montón lo de “yo es que solo veo series de la HBO”, como nota de distinción para desmarcarse de la chusma que disfruta con Brothers and Sisters, How I met your mother y otros estupendos productos de esa tele estilo marca blanca de Carrefour. “¿Has visto ya The Tudors? ¡Es magnífica! Si es que, todo lo que hace HBO…” Ante argumentos como estos, donde lo que prima es la etiqueta, de poco sirve comentar que la serie protagonizada por Jonathan Rhys Meyers es una pieza vintage que no merece tanto aspaviento, hecha al rebufo de la estupenda Roma que, por cierto, sí emitió y produjo HBO. En un alarde de concreción innecesario, le sueltas a tu interlocutor: “The Tudors no se emite en la HBO sino en el canal Showtime”. Lo normal es que el pijo de la tele se te quede mirando, con todo el odio del mundo, como si le hubieses arrancado el cocodrilo del polo.

hboNadie es infalible. Terminemos con el axioma de que la HBO es el Midas de la calidad en la tele: invito al respetable a que recuerde (vía Youtube) aquella horterada llamada Lucky Louie, sitcom rancia y zafia donde las haya, que sufrimos hace un par de veranos y cuya única cualidad era que solo duraba media hora. Eso es mucho más de lo que puedo decir de The No. 1 Ladies’ Detective Agency: nada más y nada menos que 109 minutos de premiere se cascó la más molona de las cadenas de Time Warner en la noche del domingo 29 de marzo. Dirigida por Anthony Minghella (The English Patient), producida por Sydney Pollack (Out of Africa) y escrita por Richard Curtis (Love Actually), o sea, todo etiquetas de primera, esta nueva serie está inspirada en unas novelas policiacas escritas por Alexander McCall Smith (no, yo tampoco sabía quién era este señor hasta que vi la serie), un intelectual escocés que combina con los otros tres como una pañoleta palestina con una camisa Burberry: es el toque de mercadillo alternativo justo y necesario para ser supercool.

Y aún así, The No. 1 Ladies’ Detective Agency no pasa de ser una serie muy mala llena de buenas intenciones.dientes Cuenta la historia de Precious Ramotswe, una chica de Botsuana que decide usar la herencia de su padre para hacer algo de provecho. En un país donde la esperanza de vida es cincuenta años y casi el 40% de la población está infectada con el VIH, a Precious le podía haber dado por montar una ONG pero no, ella cree que lo que los habitantes de Gaborone están pidiendo a gritos es una agencia de detectives dirigida por una mujer. Contra todo pronóstico le empiezan a llover casos: cornudas, desaparecidos, fraudes, conflictos que igual podrían darse en Harlem, en Des Moines o en Alcorcón, y que esta Jessica Fletcher africana resuelve porque sí, porque “las mujeres nos fijamos en cosas a las que los hombres no dais importancia”… Siendo un procedural drama (series tipo Cold Case, CSI o Bones, en las que se resuelve un caso por capítulo) The No. 1 Ladies’ Detective Agency se queda con lo peor del género, lo superficial de sus personajes, y se olvida de lo divertido, el procedure (procedimiento), el desenredar la madeja. Empeñados en conseguir un amable alegato feminista surge una fábula pueril tan aburrida que haría dar cabezadas al Oso de la Casa Azul. Esta nueva serie es un manual de Educación para la Ciudadanía trasnochado, donde lo único que brilla es la maravillosa sonrisa Jill Scott, su protagonista; una deslumbrante dentadura que está tan fuera de lugar en un poblado del sur de África como desubicada está The No. 1 Ladies’ Detective Agency en la HBO, a cuyo sello de calidad le luce este nuevo estreno como a un santo dos pistolas.
The No. 1 Ladies’ Detective Agency se emite todos los domingos a las 20.00 hora de la costa este de EE.UU. en HBO.

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"El plumilla" suma más de 10.000 visitas

El plumilla alcanzó hoy 12 de febrero las 10.000 visitas, una cifra que simboliza la buena acogida del blog tras solo dos meses de vida en el ciberespacio. Un éxito que se debe a la calidad de los textos realizados por los columnistas y colaboradores de este proyecto de opinión en español en la red.

el-plumillaEl cine, especialmente la información relativa a los Óscar, acaparó la mayor parte de las visitas, con más de 3.000 del post sobre las nominaciones -que empezó siendo un pronóstico y se actualizó a la lista de candidatos tras darse a conocer los nombres-  y cerca de 400 que lleva el extenso artículo sobre los favoritos a alzarse con la estatuilla. Las críticas de Antonio Martín y Kubelick tuvieron una gran acogida.

Destacaron también los artículos sobre los vídeos virales, el nombramiento de Obama,  las aportaciones de motor del bloguero Raúl Fernández, la perspectiva periodística de Juan Berga y las aportaciones económicas de los periodistas María Benito y Óscar García Muñoz.

La última incorporación del también periodista Eduardo Alonso, centrado en la actualidad musical, o la del cinéfilo David Valenzuela, no ha hecho más que aumentar la repercusión del blog.

Gracias a todos ellos por su dedicación y esfuerzo. Gracias también a los cientos de lectores que seguís con más o menos asiduidad El plumilla, un proyecto que sigue creciendo a pesar de la crisis.

Un saludo,

Fernando MexíaFernando Mexia

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